02 enero 2015

LA FIEBRE DEL ORO (y VI)


En la época actual aún se dan casos de “fiebre del oro”, como ocurre en la región de Serra Pelada en Brasil.




En 1980 comenzaron a llegar verdaderas oleadas de inmigrantes que se desplazaron hacia el estado de Pará e invadieron el yacimiento.
El apogeo de la explotación se dio en 1983, cuando se extrajeron 13,9 toneladas de oro. De 1984 a 1986 la producción se redujo en torno a 2,6 toneladas por año.
Serra Pelada, una elevación transformada en un enorme cráter por la presencia de oro en la superficie, se convirtió muy rápidamente en una enorme concentración humana, llegando a contar, según algunas estimaciones, con casi 100.000 mineros. 



A medida que se iba profundizando el cráter de la mina se fueron haciendo más frecuentes los derrumbamientos y, consecuentemente, las muertes.
En las inmediaciones de Serra Pelada surgió una verdadera ciudad que fue llamada Curionópolis. Actualmente tiene una población de poco más de 6.000 habitantes.



La producción continuó decayendo: en 1988 fue de 745 kg y, en 1990, ya era de menos de 250 kg. Actualmente el pozo donde se excavó el mineral está inundado por un lago.


















El lavado del mineral: en busca de la pepita perdida. Por lo 
general el oro se presenta en partículas muy finas, como escamas o pajillas, muy difíciles de separar. Por ello se recurre a la utilización del mercurio. Al amasar la fracción densa del sedimento con el mercurio, éste absorbe las partículas de oro, formando una amalgama, que posteriormente se deja escurrir y, calentándola, se separa el oro.







































El hormiguero humano




Poder y miseria del oro































Las dos caras del oro



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