9. Los tíos-abuelos (cont+.)
Josefa
Manteca García fue la menor de los hijos de Esteban y Rosa. Nació en 1855 y se
casó a los veinte años con Casimiro Maza, del que tuvo 6 hijos. Desconocida por
mí hasta que conseguí el certificado de defunción de su madre, Rosa García
Alonso. Es la más joven de los hermanos del abuelo Antonino.
La tradición familiar recuerda que Josefa se fue a vivir a Gibaja al casarse y allí nacieron sus primeros hijos. Sin embargo, los registros de los mormones indican que sus hijos nacieron en Arredondo. En cualquier caso es probable que el matrimonio no funcionara bien, porque Josefa, embarazada de Angelita, regresó con sus hijos a Arredondo, a casa de su madre Rosa. Cuando ésta enviudó, en 1893, se irían madre, hija y nietos a vivir a la casa de Antonino. Tres de ellos murieron muy pequeños, y de los otros sé lo siguiente:
La tradición familiar recuerda que Josefa se fue a vivir a Gibaja al casarse y allí nacieron sus primeros hijos. Sin embargo, los registros de los mormones indican que sus hijos nacieron en Arredondo. En cualquier caso es probable que el matrimonio no funcionara bien, porque Josefa, embarazada de Angelita, regresó con sus hijos a Arredondo, a casa de su madre Rosa. Cuando ésta enviudó, en 1893, se irían madre, hija y nietos a vivir a la casa de Antonino. Tres de ellos murieron muy pequeños, y de los otros sé lo siguiente:
Miguel
Maza Manteca figura en el testamento del abuelo Antonino como miembro del
consejo de familia (era su sobrino).
Esteban
Maza Manteca es conocido por información verbal aportada por su hermana
Angelita. Emigró a México y allí murió en los años 20 (¿en un tiroteo durante
la revolución de Villa y Zapata?).
Y
por fin, Ángela Maza Manteca. Era
Angelita una mujer muy agradable y cariñosa, además de guapa. Una foto
suya de 1920 así lo indica.
Desde
Arredondo los dos hermanos Esteban y Angelita fueron enviados a Cuba a
principios de 1900, probablemente al cuidado de su tío Andrés. Se casó, -como no
podía ser menos, tratándose de una angelita- con Serafín, de forma que Angelita y Serafín fueron un
matrimonio excelente. No tuvieron hijos.
Cuando enviudó se fue a vivir a Arredondo con su primo Manuel Manteca y, posteriormente, a Santander cuando éste se trasladó ala
Capital.
Cuando enviudó se fue a vivir a Arredondo con su primo Manuel Manteca y, posteriormente, a Santander cuando éste se trasladó a
Tenía
muy buena memoria y una salud de hierro. Hasta un par de semanas antes de morir
se valía por sí misma y colaboraba con su prima Amparo en las tareas
domésticas. Según su sobrino segundo Javier Manteca, murió a causa de una
indigestión por cenar torreznos.
10. Los tíos y los primos
Un poco de paciencia, que ya estoy
terminando. Los datos que aquí voy a dar son de perogrullo, conocidos por todos
nosotros y que no tienen mayor interés. Claro, que las nuevas generaciones no
tendrán ni idea sobre el contenido de este capítulo, así que éste va dedicado a
nuestros nietos.
Antonino y Josefa tuvieron nueve hijos
a lo largo de 21 años:
Amada,
Antonino, Blanca, María Luisa, Mercedes, José, Esteban, Andrés y Manuel.
A pesar de
esta cuantiosa familia los abuelos no consiguieron dejar tras de sí una larga prole, pues sólo tres de sus hijos
tuvieron descendencia y les dieron 8 nietos que llegaron a adultos. Estos
hijos, que son también los más longevos (vivieron más de 60 años), son Amada,
José y Manuel. El resto de los hermanos, o murió sin descendencia o la
enfermedad se cebó en ellos de jóvenes y la muerte no les dio ninguna
oportunidad.
Los ocho nietos de Antonino y Josefa
que llegaron a adultos son: de su hija Amada, José Antonio y Antonino Arce Manteca; de
José, Florencio, Ramón Luis, José Ignacio y Juan María Manteca Martínez; y de
Manuel, Javier y Esteban Manteca García. Esteban murió en septiembre de 2000 en
un absurdo accidente laboral.
11. Epílogo
Esta
pequeña historia familiar fue escrita durante marzo y abril de 2005 y revisada en 2010. En los últimos 5 años muchos miembros de la familia, en España y en América, nos han abandonado. Que descansen en paz.
Y la historia está muy
incompleta: Me habría gustado escribir mucho más acerca de la vida, costumbres
y anécdotas de nuestros más antiguos antepasados, pero ha sido imposible: no
hay rastros familiares escritos, ningún legajo ha aparecido en las entrañas de
un arcón carcomido por los años que se encontrara en un desván polvoriento...
Así
pues, desde aquí os animo a que no sigáis el mal ejemplo de los que nos han
precedido y a que os molestéis en escribir pequeñas anécdotas familiares que en
el futuro serán valiosísimas para algún descendiente que se decida a continuar La Historia
de los Manteca de Arredondo con
nuevos y más detallados capítulos.
FIN
Florencio
Manteca lo escribió
en
2005 y revisó en 2010.
Es hijo de
José, que fue
hijo de
Antonino, que fue
hijo de
Esteban, que fue
hijo de
Antonio, que fue
hijo de Andrés...