9. Los
tíos-abuelos.
Como
ya vimos en el capítulo de los bisabuelos, Esteban y Rosa tuvieron los
siguientes hijos: Antonino, Ramón, Mateo, Andrés, Encarnación, Antonino y
Josefa Manteca García. Además,
José Sánchez y Encarnación Manteca tuvieron a Josefa y a Esteban Sánchez
Manteca.
Ya
vimos que el primer Antonino murió soltero, probablemente en La Habana. El
siguiente hijo, Ramón, se casó con Ramona Martínez Arnáiz y dejó tras de sí una
larga descendencia: De su hija Arsenia Manteca Martínez quedan al menos dos
nietas y sus descendientes. Estas son Ana María Pérez Bustillo y Teresa Solana
Bustillo.
Jesús
es el fundador de una amplia dinastía de Mantecas por el continente americano,
y tiene nietos en Estados Unidos (María Clarisa Manteca en Douglas-Arizona,
Nidia Manteca en Tucson-Arizona, Jesús y Paulino Rivera Manteca en Los
Angeles-California, Samanta Rivera Manteca en Phoenix-Arizona) y en México
(Gustavo Manteca en Cananea-Sonora, Manuel Manteca en Ensenada-Baja California, Leonardo y Stephanie Manteca Ramos en Agua Prieta-Sonora) y otros primos más, entre los que están los que llevan Manteca como segundo apellido.
Estos
datos me los proporcionó su nieto Jesús Rivera Manteca, que tuvo la ocurrencia
de contestar un e-mail que yo había puesto en internet intentando localizar a
Andrés Manteca García en La Habana.
De Mateo, el tercer hijo de Esteban y Rosa, sé muy poco: nació el 12 de marzo de 1837, se casó con Manuela García Castillo y tuvieron, al menos, dos hijas y un hijo llamado José Manteca García. Dos nietas de este, Ana y Begoña Manteca Santander, viven en Cantabria y Vizcaya respectivamente.
Le
llega ahora el turno a Andrés Manteca García, detrás del cual he andado durante
bastante tiempo. Presente en la tradición familiar, no tenía yo datos escritos
hasta abril de 2003 que es cuando se localiza el certificado de defunción de su
madre Rosa.
Aparece
en los legajos de Diputación y en el Boletín Oficial de Santander, junto con su
primo Ramón, solicitando pasaportes para La Habana y México respectivamente.
Según esto,
Andrés emigró a Cuba en 1856 a la edad de 16 años, bastante antes que su hermano
Antonino (nuestro abuelo), se casó y se estableció allá.
Por
fotos de su familia en La Habana en el jardín de su casa, Andrés debió de conseguir una
posición acomodada. En la iglesia de La Aparecida, a la izquierda del altar, hay una placa
de mármol con una lista de los donantes de La Habana en 1902 para la restauración del retablo.
Entre ellos figura ANDRÉS MANTECA (HIJO), sugiriendo que en la fecha aún viviría Andrés padre.
Nuestro Andrés (nacido en 1839) tendría en 1902 unos 63 años. Un año antes, en 1901, vendió la casa y finca de Arredondo a su hermano Antonino, que ya había regresado a España.
Nuestro Andrés (nacido en 1839) tendría en 1902 unos 63 años. Un año antes, en 1901, vendió la casa y finca de Arredondo a su hermano Antonino, que ya había regresado a España.
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