El ara romana de Rasines
El ara romana encontrada en Rasines merece capítulo
aparte. Se trata de un bloque de piedra arenisca en forma de prisma
cuadrangular de 53 cm .
de alto, 23 cm .
de largo y 20 cm .
de ancho, de unos 65 kg .
de peso y datado en el s. III d.C. Se encuentra depositado en el Museo Regional
de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, que está en los bajos de la Diputación en
Santander.
La primera noticia del ara de Rasines es del P. Fidel Fita, que en
1906 recoge la información proporcionada desde Limpias por el P. Lorenzo
Sierra. En una carta fechada el 31 de agosto de ese año, éste le escribe: “Supe
que algunos años antes unos trabajadores, que estaban recogiendo arena dentro
de la grava de un arroyo que sale de la cueva, hallaron una piedra con una
inscripción, como a unos 15
metros de distancia de la boca del antro”.
La piedra que hoy podemos ver en el museo aparece rota
por la mitad, estando sus partes unidas por un visible pegamento. Esta fractura
se debió producir en algún momento de su manipulación o traslado, probablemente
por la mayor fragilidad de su parte inferior que debió estar enterrada y, por
tanto, las humedades y óxidos de la
tierra minarían su consistencia. En efecto, en la piedra hay dos partes
claramente diferenciadas: la inferior, labrada muy toscamente, sin destacar las
aristas y con su extremo ligeramente apuntado, como para ser hincado en el
suelo; y la superior, perfectamente labrada en forma de prisma, con una
inscripción latina en su cara frontal y rematada con tres molduras sobre las
cuales hay una plataforma en forma de ara o altar, flanqueada a ambos lados por
sendos rulos de piedra, que recuerdan un pergamino abierto en el centro pero
enrollado en sus dos extremos.
La inscripción latina, además de borrosa por la erosión, contiene abreviaturas típicas de la época que hacen muy difícil su interpretación: “A. FLORVS/ A(..) P(..) C(..) S(..)”.
Unos piensan que sería un ara votiva dedicada a una diosa
que se llamaría “Ataecina”; otros, una lápida funeraria que un tal Floro dedica
a su esposa. Pero no habría que descartar otra versión, según la cual se
trataría de un mojón o señalización de una mina, donde el propietario
reivindica su posesión o hace una dedicatoria a un dios protector de la
minería. Esta interpretación parece la
más lógica si tenemos en cuenta dónde se encontró el ara: en el centro de la
minería de Rasines.
El tema del ara nos introduce en la historia de su
descubridor, Arturo Lombera Urpí, en el hallazgo de la Cueva del Valle de Rasines
en 1905 por el Padre Lorenzo Sierra, y en una anécdota, entre divertida y
triste, ocurrida en el lugar de Ojébar en relación con el carburo. El relato
se lo debemos a César Lombera, hijo de
Arturo.
¡EXTRA, EXTRA!
Manual de urbanidad para niños
Barcelona 1913
1. Lo primero que exige el aseo del cuerpo es que me lave por las mañanas la cara, orejas, cuello, manos y antebrazos, y en seguida proceda a limpiar la cabeza, peinándomela bien y lavándola a lo menos una vez por semana, a no ser que la caspa exigiese hacerlo con más frecuencia. También he de cuidar de los labios, ojos, etc; la boca ha de lavarse cada día a lo menos una vez, y siempre que, habiendo tomado algo, pueda despedir un olor desagradable.
2. Las uñas deben cortarse a lo menos una vez cada semana, y, si sigo la moda ridícula de llevarlas un poco largas, no sea con exceso, cuidando siempre de mantenerlas limpias.
4. Los pies exigen un cuidado especial, y por lo mismo los lavaré cada quince días a lo menos, a no ser que prefiera hacerlo con más frecuencia. Con el mismo fin me mudaré las medias una o dos veces por semana, y más a menudo si los pies me sudan con facilidad.
2. Las uñas deben cortarse a lo menos una vez cada semana, y, si sigo la moda ridícula de llevarlas un poco largas, no sea con exceso, cuidando siempre de mantenerlas limpias.
3. Cortarse las uñas en presencia de otros, ha de mirarse como una grosería incalificable; no lo haré, pues, ni aún delante de ¡as personas de más confianza, ni juguetearé con tijeras en actitud de cortarlas o limpiarlas, ni las roeré jamás aunque esté a solas. Tendré muy presente que la limpieza en las uñas es de lo que más patentiza el aseo o descuido de la persona.
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