Ara,
prehistoriadores y carburo
A principios del s. XX trabaja en Cantabria una autoridad
de primer orden en Prehistoria: se trata del religioso paúl Lorenzo Sierra
Rubio, profesor y Rector del colegio de los Paúles de Limpias, que llegó a
descubrir 44 cuevas y excavó otras 25, entre ellas la del Valle de Rasines. Con
Sierra trabaja otro prehistoriador no menos importante, Hermilio Alcalde del
Río que, entre otras, descubrió la cueva
de El Castillo y fue por un tiempo Alcalde de Torrelavega.
Puesto que ambos arqueólogos son autodidactas, Sierra
quiere que sus hallazgos sean contrastados con alguna autoridad de prestigio
mundial y a este fin se pone en contacto con el centro de prehistoria más
famoso de su época: el Instituto de Paleontología Humana de París. Con el
patrocinio del Príncipe Alberto I de Mónaco, gran mecenas de las ciencias,
llegan a Cantabria, entre otros, dos grandes autoridades: el abate francés
Henry Breuil, considerado la mayor autoridad en Prehistoria de su tiempo, y el
jesuita alemán Hugo Obermaier, que más tarde sería profesor de Paleontología en
la Universidad
de Madrid.
A este grupo compuesto por Sierra, Alcalde, Breuil y
Obermaier se deberá el descubrimiento de la gran mayoría de las cuevas de
nuestra región entre 1903 y 1915: la
Cueva del Valle de Rasines (1905-1914); Cueva de la Pasiega (1911-1913); Cueva
de El Castillo (1903-1914); Cueva de Hornos de la Peña (1909-1910); Cuevas del
Salitre, Cueva de Covalanas y de La
Haza (1903), etc.
El P. Sierra ya había descubierto la Cueva del Valle de Rasines
en 1905, así como una cueva en Ojébar, de la que hablaremos más adelante, y
había enviado algunas de las piezas encontradas en las mismas a su amigo
francés Eduard Harlé, que las había publicado en el Boletín Geológico de
Francia. Pero ahora se necesitaba más dinero para continuar las excavaciones y,
a este fin, Alcalde del Río firma dos convenios en 1906 y 1909 con Alberto I de
Mónaco. Por el primero, el príncipe se encargaba de la publicación de las
investigaciones del propio Alcalde y del abate Breuil sobre las pinturas y
grabados de las cuevas de Covalanas, Castillo y Hornos de la Peña ; por el segundo, el
famoso mecenas corría con los gastos de la excavación de varias cuevas, entre
ellas la del Valle de Rasines y El Castillo. A partir de aquí Sierra y Alcalde
se dedicaron a dirigir las excavaciones que cada uno había descubierto, El
Valle y El Castillo, supervisados por Breuil y
Obermaier.
Cuando en 1905 el P. Sierra está realizando las primeras
labores en la recién descubierta Cueva del Valle, un joven estudiante del
pueblo, Arturo Lombera, hijo del dueño de las minas, se ofrece a colaborar con él. Arturo conoce
al Padre Sierra porque sus hermanas estudiaban con los Paúles de Limpias. El
joven es aceptado y es en ese tiempo y contexto cuando Arturo descubre el ara
romana.
Según César, por habérselo oído a su padre, el ara se
encontró en un movimiento de tierras que se estaba realizando en una zona próxima a la mina Constante, en
la ladera de la Cueva
del Valle, entre Helguera y la cueva. Pero según Fita, que dice citar al P.
Sierra, el ara se encontró en el nacimiento del río Silencio, “a unos 15 m . de la boca de la
cueva”.
En nuestra opinión las diferencias no tienen mayor
importancia, pues estaríamos hablando de una desviación de unos 300 metros entre uno y
otro relato. Pero nos parece más fiable un testimonio directo que otro a través
de terceros. En cuanto a quién descubrió el ara, si fueron “unos trabajadores
mientras recogían arena”, o bien, el propio Arturo, lo importante no es el
autor material sino la persona que primero cayó en la cuenta de la importancia
del hallazgo y quién era el propietario de los terrenos en los que se encontró.
Lo normal sería que la descubrieran los obreros que hacían el movimiento de
tierras, los cuales, a su vez, avisarían
enseguida a los dueños de la mina, salvo que el propio Arturo se hallase en el
lugar y se diera cuenta inmediata de la importancia del descubrimiento. De
cualquier forma el mérito hay que atribuírselo a Arturo Lombera, quien
enseguida lo comunicó al P. Sierra. Este envió la inscripción a
Manual de Urbanidad para niños
Barcelona 1913
6. ¿Qué cosas contribuyen a la falta de limpieza?- 7. ¿Cómo las evitará V.?- 8. ¿Cuál es el uso principal del pañuelo?- 9. ¿Qué cosas se han da evitar con él?
6. Contribuye a la falta de limpieza: el pasar la mano por la frente para enjugar el sudor; limpiar los labios con los dedos después de haber tosido o estornudado; llevarse los dedos a la nariz y al interior de los oídos y, lo que es más repugnante si cabe, rascarse la cabeza con cierta conmoción y violencia.
8. El uso a que está destinado principalmente el pañuelo es para acudir a la necesidad de sonarse; lo cual haré a la primera necesidad que de ello sienta, pero sin estrépito y guardándome muchísimo de mirarlo después de haberme sonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario