Síndromes degenerativos
Locura moral o perversión de los afectos o sentimientos, es una de las variedades más frecuentes de la degeneración. El criminal nato de Lombroso, verdadero loco de los instintos, entra de lleno en este tipo. El loco moral, por aproximarse mucho al imbécil en cuanto a sus perturbaciones afectivas, se denomina también imbécil moral . A estos individuos les es imposible adquirir sentimiento moral alguno; son insociables e incapaces generalmente de todo afecto a los demás.
Neurastenia constitucional. Estado permanente de agotamiento, de carácter hereditario (a diferencia de la neurastenia adquirida), cuyos síntomas principales son: atención inestable, dificultad asociativa, fatiga intelectual, dismnesia, ideas fijas o hipocondríacas, depresión del humor, irritabilidad, reflejos exagerados, etc.
Episodios psicopático-degenerativos. Comprenden los tipos abúlico, maníaco, melancólico y delirante. La perturbación de los abúlicos se halla muy especialmente en la esfera volicional. Ahora bien, entre la imposibilidad de querer y la imposibilidad de no querer existe, sin duda, una gran distancia, pero ambos trastornos lo son de una misma facultad psíquica: la voluntad. De aquí dos grandes clases de obsesiones: las pasivas o inhibitrices y las activas o impulsiones. A las primeras se refieren la locura de la duda y las fobias.
Otra variedad muy conocida del delirio degenerativo es la llamada manía razonadora. El maníaco razonador presenta grandes perturbaciones del carácter; su delirio afecta la forma maníaca o de exaltación y aparece por paroxismos durante los cuales existe una gran actividad intelectual y moral con agitación motriz desordenada, que puede llegar a las más violentas impulsiones. El loco razonador es también irritable y versátil, de voluntad débil, vivaz de palabra, no escaso de memoria y correcto en sus modales. Se parece mucho al loco moral pero, así como este es un verdadero pervertido de instintos y sentimientos, de donde las frecuentes aberraciones sexuales que presenta, el loco razonador ofrece más bien trastornos del carácter con excitación intelectual.
Perversiones sexuales.
Desde el punto de vista psicofisiológico se pueden distinguir con Krafft-Ebing
los caracteres sexuales en primarios
(órganos genitales) y secundarios;
dividiéndose estos, que no aparecen hasta la época de la pubertad y constituyen
el fetichismo fisiológico, es decir,
los elementos de atracción recíproca entre ambos sexos, en somáticos (rasgos morfológicos, voz, sistema piloso, etc.) y psíquicos (conciencia del propio sexo,
inclinación hacia el opuesto). Las glándulas y centros espinales genésicos son bisexuales,
y también los centros cerebrales respectivos hasta cierta fase del desarrollo
embrionario, en la cual el predominio del elemento masculino sobre el femenino
o viceversa, determinan el sexo. La monosexualidad
es carácter fundamental y constante del individuo; el hermafroditismo nunca es
completo, sino que se refiere a la existencia en un sexo de caracteres
secundarios del opuesto. Por anomalía de evolución –dice Krafft-Ebing- puede
ocurrir la persistencia excesiva en aquellos centros encefálicos de los
caracteres bisexuales, deteniéndose en el territorio central homólogo el
desenvolvimiento de los correspondientes a los órganos genitales del individuo
y desarrollándose en el territorio heterólogo, en cuyo caso alcanzan mayor
predominio evolutivo los caracteres secundarios psicofísicos de este orden
(hermafroditismo psíquico) ya antes de la pubertad (homosexualidad congénita),
o más tarde, prevaleciendo entonces el centro heterólogo sobre el homólogo
(homosexualidad adquirida).
El incompleto desarrollo de los caracteres sexuales correspondientes, con predominio de rasgos físicos del sexo contrario, constituyen el masculinismo o viraginidad y el feminismo, contrasexualidades también llamadas androginia, en el hombre, y ginandria en la mujer. El excesivo desarrollo de las mamas en el primero es la ginecomastia. Las anomalías de grado o intensidad son la frigidez o anestesia sexual y la hiperestesia, denominada esta en el hombre satiriasis y en la mujer ninfomanía. La homosexualidad, uranismo o inversión sexual en el sexo masculino es la pederastia y en el femenino el tribadismo.
Y hasta aquí hemos llegado en la divulgación de este poco mencionado tema. La semana que viene la dedicaremos a sabe Dios qué asuntos pues el autor del blog no tiene aún un candidato claro. Eso sí, espero que, sea el que sea, el nuevo tema os parezca interesante.
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