13 enero 2021

PEDRO SARMIENTO DE GAMBOA




  
Referencias:
Carlos Martínez Valverde, Revista General de Marina (Ago-Sep 1991)
Marcelino González Fernández, Real Academia de la Historia, Biografía Sarmiento de Gamboa

    Uno de los personajes históricos que más me han admirado y, que con frecuencia, me ha llenado de asombro es, sin duda, Pedro Sarmiento de Gamboa, cuya aventura conocí a través de “La Revista General de Marina”, en un artículo del Contralmirante Martínez-Valverde.
    Desde un principio me atrajo de Sarmiento su desparpajo y facilidad para desenvolverse ante las oportunidades y dificultades que se le presentaban, su habilidad para ganarse amigos (y algunos enemigos no despreciables, como la Inquisición) y sus conocimientos, tanto literarios como científicos.
    Nació entre 1530-32 en Pontevedra, hijo de Bartolomé Sarmiento, pontevedrés y de María Gamboa, nacida en Bilbao. Muy poco se sabe de sus primeros años y tampoco se sabe en qué universidades cursó los estudios que le dieron una esmerada educación y un amplio nivel intelectual y cultural, con grandes conocimientos, sobre todo, en Astronomía, Náutica, Matemáticas y Geografía.
    A la edad de dieciocho años dejó la casa paterna (*) y se inició en la carrera de las armas, peleando en diversas campañas del Emperador Carlos I (1550-1555).
        
    

    En 1555 se embarcó rumbo al Nuevo Mundo. Llegó a México donde estuvo dos años, de los que se sabe que tuvo problemas con la Inquisición por burlas y desacatos (1557), a consecuencia de lo cual fue sometido a un proceso, que no iba a ser el último.
    Queriendo probablemente poner tierra de por medio marchó a Perú (c. 1557), virreinato que disfrutaba de un período de expansión y consolidación después de la conquista y guerras civiles. Allí, gracias a su amplia cultura se convirtió en una de las personalidades más relevantes de Lima, donde consiguió la Cátedra de Gramática gracias a la mediación del virrey de Perú marqués de Cañete.
    A este le sucedió el conde de Nieva (1561), virrey dadivoso, afable, tolerante y mujeriego, siempre rodeado de un amplio séquito al que se incorporó Sarmiento de Gamboa, que al poco tiempo pasó a ser consejero del virrey en asuntos de estrategia, navegación e historia, además de asesor sentimental.
    Fue esta una amistad que costó a Sarmiento algunos quebraderos de cabeza, sobre todo tras el fallecimiento de Nieva (1564), que apareció muerto una madrugada en Lima. Se corrió el rumor de que Sarmiento de Gamboa había hecho un vaticinio al virrey sobre los peligros de salir por la noche 
y alguien lo delató por nigromante, lo que sumado al hecho de que la iglesia de aquellos tiempos perseguía la astrología, hizo que Sarmiento se viera envuelto en otro proceso con la Inquisición.
    Fue juzgado por cargos relacionados con la magia y prácticas sobrenaturales y condenado a cárcel y destierro (1565). Pero la condena no llegó a cumplirse y Sarmiento de Gamboa encontró prudente dejar Lima y marcharse a Cuzco.



    El nuevo virrey, Lope García de Castro, trajo un nuevo período de prosperidad y tranquilidad para el virreinato. Se trazaron proyectos para descubrir nuevas islas a poniente, en el Pacífico, que según las leyendas de los indígenas, estaban pobladas y eran muy ricas en oro y plata. Sarmiento mostró gran interés por tratar de descubrir aquellas tierras, así lo propuso y tuvo todo el apoyo de Castro (1567).
    Se organizó una expedición al mando de Álvaro de Mendaña, sobrino del virrey, en la que Sarmiento de Gamboa tomó el mando de la nave capitana y el encargo de gobernar y dirigir la expedición. Las instrucciones dadas a la escuadra por el virrey establecían que se consultase a Sarmiento todo lo relativo a la navegación y que cualquier derrota elegida tuviera que llevar su aprobación.
    Pero al poco tiempo de comenzar el viaje aparecieron los primeros problemas, ya que Mendaña y su piloto mayor, Hernán Gallego, ignoraron a Sarmiento y sólo acudieron a él cuando, ante algún problema grave, necesitaron echar mano de sus conocimientos.
    Durante la expedición fueron descubiertas diversas islas, algunas muy extensas como las Salomón. Sarmiento trató de establecer asentamientos, pero Mendaña prefirió regresar al continente aduciendo que estaba muy corto de personal. En efecto, había habido muchas muertes por enfermedades y en encuentros con los indígenas.



    Por otra parte, Mendaña continuó sin prestar atención a las recomendaciones de Sarmiento en cuanto a la derrota a seguir, lo que creó errores en la navegación de regreso. Las desavenencias entre los dos aumentaron, y al llegar a las costas del continente (1569) Mendaña hizo prisionero a Sarmiento de Gamboa.
Al recuperar la libertad y enterarse de que el nuevo virrey era Francisco de Toledo, Sarmiento regresó a Lima (1569), puso a Toledo al corriente de lo ocurrido y le manifestó su deseo de ir a España a ver al Rey.
Pero Toledo tenía otras prioridades y no accedió a la petición de Sarmiento porque le necesitaba para sus planes: trataba de consolidar el virreinato y, para conocerlo bien, estaba organizando un recorrido por todos sus territorios en el que se invertirían cinco años (1570-1575).


(*) Bajo la óptica de un español de hoy esto parece asombroso. Nuestros hijos abandonan el hogar paterno, si lo llegan a hacer, al doble de esta edad. Y se van cerquita de sus padres para disfrutar de la cocina y de otras ventajas que les ofrece su madre.





1 comentario:

  1. Buenos días Florencio:

    Si eres Florencio Manteca Martínez, bingo.
    Soy Jaime Saldias Etulain
    Ingeniero Aeronáutico
    Promoción 1964
    659 27 58 35
    jsaldiasetulain@gmail.com

    ¿Me contactas?

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