12 diciembre 2014

LA FIEBRE DEL ORO (III)

Volviendo al caso de Castrocontrigo en León, se trata de una región muy boscosa y los métodos tradicionales como el uso 


de fotos aéreas no servían para encontrar lo que oculta la vegetación. “Para dar con zonas no identificadas contamos con la tecnología LIDAR, perfecta en estas situaciones”, explica Fernández Lozano sobre esta tecnología, que se sirve de haces láser para detectar objetos ocultos.
Incorporando este detector láser a un avión se puede 



peinar  una zona muy amplia para "fotografiar" con detalle el suelo, es decir, lo que no se ve y está por debajo de los árboles. Por primera vez se ha usado con este propósito en España. Al cartografiar esta región del suroeste de León, se dio con “un valle entero lleno de explotaciones mineras y



embalses” del que no se tenía noticia hasta el momento. “Allí se realizaron trabajos para extraer oro a una escala espectacular que no se conocía”, señala este geólogo.

Minería romana de oro de Las Médulas,León 

En esta zona de El Bierzo, millones de metros cúbicos de gravas miocenas fueron removidos en época romana, para explotar el oro contenido, mediante la técnica del “ruina montium”




Una red de senderos permite recorrer este impresionante paisaje, donde contrasta el color rojizo de los terrenos miocenos con el verde de los castaños centenarios. El oro contenido en estos antiguos aluviones se encuentra en forma de pequeñas partículas, en una proporción que no llega a 0,3 gramos por tonelada.
Podemos ver a miembros de la familia del autor de este trabajo recorriendo estos senderos.








Largas canalizaciones transportaban el agua desde las sierras altas hasta Las Médulas. El agua, soltada de golpe desde un depósito regulador, irrumpía por una red de galerías excavadas previamente, provocando el colapso de los terrenos y su transformación en una corriente de lodo, que se hacía pasar posteriormente a través de una serie de cribas.




         
                              


La acción erosiva del agua creó gigantescas cavidades de hasta 20 metros de altura.






Parte de la red de canales subterráneos aún se conserva y puede ser visitada.





Ah, y los españoles no guardamos ningún rencor a los romanos (ni tampoco a los italianos) por haberse llevado nuestro oro esclavizando a nuestros antepasados.

Nosotros somos así.

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