19 junio 2015

La Aventura del Airbus A -380 (III)

      Una vez descargados en Langon los grandes conjuntos del avión -que han llegado a bordo de barcazas desde Pauillac (Burdeos) -y transferidos a plataformas para su transporte por carretera, estos enormes remolques se estacionan en un área habilitada para ellos hasta completar el convoy que deberá viajar 240 km. para llegar a las instalaciones de montaje final.



      La duración del recorrido es de tres días, rodando el convoy solamente durante la noche y permaneciendo estacionado durante el día. Esto con el fin de reducir los efectos negativos que semejante transporte tendría para el tráfico rodado.



      Comienza el viaje por carreteras secundarias que han sido mejoradas rectificando curvas, ensanchando ciertas partes y modificando puentes y pasos elevados.


      Y así, el viaje continúa hasta que amanece y la rutina sigue: descanso del convoy durante las horas de luz para recomenzar la marcha al caer la noche. 



Un estabilizador horizontal -fabricado en Puerto Real (Cádiz)- se prepara para seguir viaje.



      El convoy tiene que atravesar numerosas poblaciones, pero lo que proporciona más morbo es su paso por Lévignac, pueblo de algo menos de 2000 habitantes. Yo creo que la anchura de su calle mayor ha servido para dimensionar el tamaño del fuselaje.




       A pesar de que ya han pasado por el pueblo más de 200 convoyes, esta operación sigue atrayendo multitud de curiosos.


      Y no es de extrañar...      


Realmente el espectáculo es impresionante...


       Y ya en Blagnac se inicia la fase siguiente: el montaje final.

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