04 noviembre 2025

Viaje a Florencia

    Sábado, 6 de mayo

   

     Nuestros hijos habían planeado en secreto, como regalo de cumpleaños a su madre, ofrecernos un viaje de fin de semana. Pero ¿a dónde?

    Pues, teniendo en cuenta el nombre del esposo acompañante, ¿a dónde iba a ser?

    ¡Pues a Florencia!

     Así que un día soleado de mayo llegamos a su aeropuerto, donde nos esperaba el coche que nos trasladaría al hotel (Palazzo Martellini-Residenza d’Epoca), y allí aparecimos hacia las dos y media de la tarde, no sin antes haber explicado al chófer del coche que nos traía, que los 80 € que pretendía cobrarnos por el trayecto estaban incluídos en nuestro contrato con el hotel. El chófer lo entendió y llegamos sin problema.

El Palazzo Martellini es un edificio

 histórico que aparece ya en crónicas escritas entre 1367 y 1370. 

Fue la primera construcción de la calle (via Maggio) y, después de pasar por muchos propietarios a través de los siglos, siempre relacionados con la familia del fundador, 

                La Residenza Martellini

los dueños actuales viven en la 4ª planta (il marquesse, según Giovanni, uno de los gestores de la Residenza). La tercera planta está ocupada por esta y el resto de las plantas está dividida en diversos apartamentos. El edificio está declarado de Interés Cultural y se ha restaurado conservando la estructura, fachada y algunos detalles interiores.

              

              Ada ante la temible puerta de entrada al Palazzo.
                     
Al salir, en la Recepción nos dieron un mando a distancia para poder abrir las puertas de acceso al edificio y a la residenza pero, ay, no se me ocurrió probarlo.
      Salimos a comer algo y nos tuvimos que conformar con un hermoso bocata de embutido y queso (schiacciata) y unas birras en un barito próximo al Ponte de la Trinitá. (Hay que ver, a las 3 de la tarde de un sábado de primavera y con buen tiempo, los restaurantes ya estaban cerrados hasta la noche. Quel paesse!) 
     Pero, ya repuestos, cruzamos el puente y enseguida llegamos a la Basílica di Santa Trinita.

Su interior es gótico y su fachada, de estilo barroco italiano, S. XVII.

La Capilla Sassetti guarda un ciclo de

 frescos (1483-1486) dedicado a San

 Francisco de Asís, obra de Ghirlandaio.



La Capilla Bartolini Salimbeni conserva, en

 las paredes, frescos con historias de la

 Virgen, de Lorenzo Monaco.



En otra de las capillas se encuentra la

 reliquia de la columna en la que azotaron

 Cristo.

Siguiendo el camino hacia la Piazza del Duomo nos encontramos con el Palazzo Strozzi, enorme edificio renacentista que  alberga exposiciones de arte contemporáneo y otras: En nuestra visita vimos en el patio interior la maqueta de una lanzadera espacial.



 

 

               

 





Y llegamos al complejo del Duomo, que es

 impresionante, tanto por su  arquitec-tura, como bajo el punto de vista turístico: una masa humana lo invade a todas horas. 


     Esta plaza alberga a Santa Maria del Fiore, la enorme catedral de Florencia que es una de las obras arquitectónicas más importantes, a caballo entre el gótico y el renacimiento, y una de las catedrales más bellas y grandes de Europa. Se comenzó en 1296 en el lugar donde antiguamente se erigía la catedral de Santa Reparata.


    En 1334, L'Arte della Lana, que había recibido el encargo de supervisar la construcción, confió la dirección de las obras a Giotto. Después de 1364 se finalizaron las tres primeras bóvedas, y en 1378-80 se realizó la cubierta de la nave central y las laterales. El problema de la construcción de la cúpula lo resolvió Brunelleschi quien, a partir de 1418, asume el papel de arquitecto. El Campanario está situado al lado de la catedral y fue proyectado por Giotto, de quien toma su nombre. Tiene 84 metros de altura. 

 




                                     
Continuará