09 mayo 2014

GUÍA PARA LA DESTILACIÓN DE FRUTAS (VII)

Acidificación
Los mostos de fruta constituyen un medio nutritivo ideal para muchos microorganismos a causa de su contenido en azúcares, aminoácidos y minerales, dándose a la vez la circunstancia de que el valor medio del pH, que se encuentra entre 3 y 4, es demasiado alto para que pueda haber una acción inhibidora sobre el desarrollo de las bacterias.


Mientras que los microorganismos indeseables tales como las bacterias del ácido acético, del ácido láctico y del butírico no pueden vivir con valores de pH inferiores a 3, las levaduras, que son las que nos interesan, pueden todavía desarrollarse en un pH comprendido entre 2,8  y  3.


La acidificación se inició de forma experimental hace ya muchos años en la producción de aguardientes derivados de cereales y de patatas (vodkas). Se demostró entonces que los mostos tratados con ácido sulfúrico se destilaban mejor. 
Esta experiencia se aplica igualmente hoy en día para acidificar mostos de fruta de baja acidez, sobre todo para los que deben permanecer almacenados todavía varios meses después de la fermentación.
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Se ha comprobado que, en el caso de mostos de pera William no acidificados y sometidos a un almacenamiento prolongado, no se ha podido evitar la aparición de picaduras acéticas, aún en el caso de haber utilizado levaduras puras (de pedigree) y mantenido una limpieza escrupulosa.


En resumen, cuando los mostos han sido tratados con ácido sulfúrico se han conservado mejor y han proporcionado mejores destilados. La acidificación se ha revelado como muy eficaz también en los casos en los que se tarda cierto tiempo en llenar los depósitos y cuando, por tanto, es inevitable el contacto excesivo del mosto con el oxígeno.
La dosificación necesaria para obtener una acidificación adecuada depende del tipo y el estado sanitario de las materias primas, así como del período de almacenamiento previsto para el mosto fermentado antes de su destilación.


Con ácido sulfúrico de 96% la tasa de utilización se sitúa alrededor de 100-200 gr (55-110 ml) por 100 kg de mosto. El ácido concentrado debe diluirse previamente en 10-20 veces su volumen en agua. 
Ojo, echar poco a poco el ácido sobre el agua y no al revés. Llevar gafas protectoras y guantes de goma. 
Después de enfriada la mezcla se vierte poco a poco en el mosto y se remueve bien. Si el recipiente de fermentación se va a tardar en llenar, es conveniente ir agregando el ácido diluido a las sucesivas partidas a medida que entran en el depósito, sin esperar a que esté lleno.


Para obtener un valor de pH lo más uniforme posible hay que remover bien el mosto y controlar por medio de un peachímetro o de un papel indicador que el valor quede entre 2,8 y 3.

Enzimas degradantes de la pectina
La importancia de que el mosto quede lo más líquido posible ha sido ya mencionado en relación con la trituración de las materias primas. La fruta machacada o triturada tiene una tendencia natural, a causa de las enzimas que contiene, de irse ablandando y disgregando pero, sobre todo en el caso de frutas con pepitas o fruta de hueso poco madura, este proceso puede ser demasiado lento, por lo que el uso de enzimas pectolíticas, que aceleran la disgregación, ha hecho su entrada en la industria desde hace ya algunos años. A los propósitos de esta guía, dirigida especialmente a pequeñas producciones no profesionales, baste indicar la existencia del tratamiento y describir brevemente sus fundamentos.


Las materias pécticas son sustancias ligantes, responsables de la fortaleza de los tejidos celulares. Cuando estas materias se hidrolizan (sus moléculas se descomponen en otras más pequeñas) su efecto ligante disminuye y se produce el reblandecimiento hasta llegar a la descomposición del fruto. Insistimos en que las enzimas pectolíticas están presentes de manera natural en la fruta, pero que en ciertos casos su actividad no es suficiente y es necesario reforzarla mediante la adición de encimas seleccionadas.



Productos nutrientes para las levaduras

Para conseguir una fermentación ideal las levaduras necesitan un aporte nutritivo, sobre todo de compuestos nitrogenados, pero también de fósforo y vitaminas. En algunos casos estos son insuficientes o no existen en la materia prima, por lo que hay que recurrir a la adición al mosto de sales de fermentación como el sulfato o el fosfato ácidos de amonio.
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