23 noviembre 2017

Una visita al Pirineo

    
Año 1985 - Ada, nuestro hijo Guillermo y yo llevamos año y medio viviendo en Francia, concretamente en el pueblecito de Tournefeuille, a unos siete Km. de Toulouse. Tournefeuille se encuentra también a pocos kilómetros de Blagnac, mi lugar de trabajo en las instalaciones de Airbus Industrie.



    Cuando uno cambia temporalmente de país de residencia es natural que intente conocer todo lo posible acerca de lugares, personas y costumbres, así que ya tratábamos con Mme. Moly, la empleada de nuestro banco, con M. Dumond, propietario de uno de los dos bares del pueblo, con el Dr. Rodriguez, que vivía en la casa contigua a la nuestra, con las cajeras del supermercado Lyon Codec, con Lucienne y Claude Pedestarres, vecinos de Tournefeuille que hoy son grandes amigos nuestros.     
    Claro, que la presencia de la multinacional Airbus Industrie hace que los pueblos próximos estén llenos de personas que, como nosotros, han venido de más o menos lejos: Krysna Patak y señora, de la India; Igor Bocharof, de USA; Karlos German e Isabel, de Colombia, Gilbert y Paloma Wehmaier, de Alemania... Por supuesto, la mayoría de mis colegas son franceses, claro, pero también hay ingleses, españoles, austriacos... y un escocés, Andy Marr, compañero de despacho.



    Es decir que hay un ambiente muy cosmopolita, tanto en el trabajo como en la vida diaria, así que lo de conocer nuevas gentes y costumbres se hace automáticamente.
    Queda pues el tema de conocer lugares y para eso existen los fines de semana -weekends dicen los franceses-. Mi colega Thierry Flamand es un experto y sus indicaciones nos han servido para conocer un montón de ciudades monumentales a menos de cien kilómetros de Toulouse -sólo daré dos ejemplos: Carcassonne y Albi entre la extraordinaria cantidad de lugares y monumentos artísticos que posee Francia-. 


    ¿Y el Pirineo? No lo conocemos, la mítica cordillera está lejos de Madrid, pero ahora tenemos la oportunidad de visitarla: está a un par de horas de nuestra casa, por carretera. Y además para llegar hasta la montaña es casi obligatorio pasar por Andorra, lugar mágico para españoles en busca de artículos sin impuestos.
    Sólo queda fijar el plan de la escapada, que queda así:
    Día 1: Salida hacia Andorra con visitas a Foix y Tarascon. Visita a Andorra la Vella y alojamiento.
    Día 2: Visita a Seo de Urgel, Parque Nacional de Aigüestortes, Baqueira, Viella y regresar a casa por Bagnères de Luchon y Saint Gaudens.



    Ah, que buen plan. Lástima que mi mala cabeza lo echase todo a rodar, creando una situación caótica.
(Continuará)