28 febrero 2014

HIDALGUÍA E HIDALGOS DE BRAGUETA

Tomado en parte de: www.heraldicabc.com
                                  http://es.wikipedia.org

LOS PRIMEROS HIDALGOS

El concepto de hidalguía aparece desde los primeros momentos de la Reconquista. Ya en el siglo X se manifiesta el término “infanzón” como sinónimo de la palabra caballero. Estos infanzones eran vasallos de los grandes magnates y prelados y administraban sus propiedades. 


En los primeros siglos era posible conseguir la categoría de infanzón simplemente aportando, al servicio del rey, armas y un caballo costeados por el interesado, como es el caso de los "caballeros villanos". Debido a su importancia táctica (caballería de carga con lanza) y a su presencia en las tierras repobladas, los caballeros villanos ganaron privilegios y llegaron a ser equiparados legalmente a los infanzones, la baja nobleza (aunque sin privilegios nobiliarios).
El Fuero de Castrojeriz, del año 974, es el primer documento en el que figuran los caballeros villanos igualados a los infanzones. El conde de Castilla, García Fernández, ordena en el texto del Fuero: "Damos buenos fueros a aquellos que fueron caballeros y los elevamos a infanzones, anteponiéndoles a los infanzones que sean de fuera de Castrojeriz y les autorizamos a poblar sus heredades con forasteros y hombres libres y respétenlos estos como infanzones, pudiendo ser desheredados los colonos si resultan traidores".
Los caballeros villanos cumplieron una destacada actuación en campañas decisivas de la Reconquista: las batallas de Uclés (1086), Alarcos (1195), Las Navas de Tolosa (1212) y del Salado (1340).


En las ciudades que se fundan en las tierras reconquistadas, los caballeros —y no los magnates, quienes solían quedarse en áreas de retaguardia, más seguras— llegaron a dominar la vida política, social y cultural. Los oficios municipales y la representación de las ciudades en las Cortes eran privilegios casi exclusivos de los caballeros. 
A partir del siglo XII, a medida que las fronteras se van desplazando progresivamente hacia el sur, empiezan a ser conocidos como “hidalgos”.
En sus inicios, pues, el título surgió como una distinción real por servicios de guerra pero, a lo largo de los siglos, su uso se fue extendiendo en forma descontrolada y los monarcas, a cambio de algún beneficio que les interesara, nombraban hidalgos a cuantos les resultaba conveniente. Fue con la llegada de la Ilustración cuando comenzó una reforma en profundidad de la hacienda pública, una de cuyas consecuencias fue la limitación de este tipo de nombramientos ya que, para entonces, más de medio millón de personas gozaba de exenciones tributarias basadas en este título.
A diferencia de la España meridional con pocos nobles pero muy poderosos, en el norte su número era elevado y sus diferencias con el pueblo llano escasas, habiendo sido en sí reformada su sociedad desde un principio por motivos históricos y demográficos, constituyendo en tiempos auténticas milicias en apoyo de las huestes reales. 


En Asturias los hidalgos llegaron a ser casi un 80 % de la población y, en el caso de Cantabria, esta cifra fue aún mayor, alcanzando el 83 % en el siglo XVI y superando el 90 % en torno a 1740 (1)  En el Señorío de Vizcaya, y en Guipúzcoa, existía también el llamado derecho de hidalguía universal, en virtud del cual todos los vizcaínos y todos los guipuzcoanos nacían hidalgos.
Hidalgo es en su definición "aquella persona que por su sangre pertenece a una clase noble y distinguida".
¿Cuál es el origen de los hidalgos?. Comencemos por la denominación de "Hijosdalgo" es decir "Hijos de algo", esto es, que sus ascendientes se hubieran distinguido por sus hechos o por su posición. Que hubieran tenido "algo". La etimología de la palabra está perfectamente clara.

Como ya hemos dicho, primitivamente en los reinos de Castilla y León, los hidalgos se conocieron con el nombre de "infanzones", voz que fue quedando en desuso pero que se conservó en Aragón. Pero unos y otros, los hidalgos castellanos y los infanzones aragoneses dependían directamente del rey.




En Castilla existió una muy amplia legislación sobre los hidalgos, comenzando por el Fuero Viejo, calificado como el "Código de los Hijosdalgo", y siguiendo con el Fuero Real, las leyes de Partidas, el Ordenamiento de Alcalá y la Novísima Recopilación.
La hidalguía, según las Partidas, es "la nobleza que viene a los hombres por su linaje". En Castilla, la hidalguía, en contraste con las costumbres francesas, sólo se trasmitía por linaje de varón. Los hidalgos eran conocidos bajo diversas acepciones, siendo los más importantes aquellos de "solar reconocido", o de "casa solariega" que pregonaba la nobleza e importancia de sus ascendientes.
A los que tomaron parte en la Reconquista y alcanzaron la dignidad de hidalgos, se les denominaba "primarios" y "secundarios" a los que después se establecieron ya en tierras conquistadas.

(1) Lo suscribo: Mi abuelo 4º  Andrés Manteca, nativo y vecino de Socueva (Arredondo) declara lo siguiente en el Catastro de Ensenada de 1745:
“Familia: Primeramente declaro ser del estado noble, casado, de edad de treinta y dos años. Mi oficio es labrador del campo…”
Otro abuelo 4º,  Esteban Castillo-Valle, igualmente de Socueva, hace en el Catastro de 1745 la misma declaración de nobleza. 
Mi abuelo 5º, Veremundo de Regil, vecino del barrio de La Atalaya (Arredondo), declara también ser de estado noble. 
En vista de esto consulté las declaraciones de media docena de individuos del Catastro correspondiente a Arredondo, elegidos al azar, y todos habían declarado ser de estado noble.

(Continuará)



Manual de Urbanidad para niños
Barcelona 1913

8. ¿Qué defectos hay que evitar al beber? 
9. ¿Qué acciones han de evitarse en la mesa?

8. Es sumamente repugnante beber cuando la boca está aun ocupada por la comida; to­mar el vaso o copa con la mano izquierda o con ambas manos; mirar a todos lados mien­tras se bebe; fijar la mirada en alguna perso­na por encima del vaso; meter el borde del mismo muy dentro de la boca; beber a sorbe-tones; beber mientras está haciendo lo mismo el de mi lado. Todas estas son faltas muy no­tables; pero el colmo de la grosería lo come­ten aquellos que, al terminar de beber, abren la boca para recobrar el aliento y, pronun­ciando un repugnante ja! como en señal de satisfacción, regalan a los de su lado un alien­to impregnado en vino o en los vapores que suben del estómago.




9. Mirar la fuente que viene y si es de nuestro gusto ponerse alegre y mirar a los comen­sales frotándose las manos en señal de satis­facción; o al revés, si no nos gusta, volver la cabeza, murmurar y dar señales de disgusto es una prueba manifiesta de incivilidad. Lo mismo puede decirse de los que toman mu­cho pan, o lo cortan a lo largo, o bien para cortarlo lo aguantan sobre la mesa y lo par­ten con el cuchillo vuelto hacia abajo con pe­ligro de estropear los manteles; o bien aque­llos que desde el principio de la mesa se pro­veen con una porción de pedacitos pequeños que colocan en montón junto al plato. 


Tocar la comida, el almíbar o las salsas con los de­dos, roer o chupar los huesos, tomar con la mano el pan mojado en las salsas, es propio de gente inculta y pone las servilletas a la miseria; limpiar los labios o el cubierto con una miga de pan y dejarla después pringada a la vista, lamer o chuparse los dedos o lim­piarlos en el mantel es el colmo del desaseo.  


La miga con que tal vez haya de limpiarse el cubierto, pero nunca los labios, ha de dejarse en el plato con los residuos de la comida. 
Oler los platos o las fuentes es de lo más in­civil y grosero que puede darse.

21 febrero 2014

RASINES: CIEN AÑOS DE MINERÍA (y XVII)

Fin de la minería de los Lombera

No hay una fecha tajante para el final de la minería de la familia Lombera, que debió de producirse entre mediados de los años cincuenta y principios de los sesenta del s. XX. El suyo debió ser un lento languidecer, a medida que se agotaban los recursos mineros tradicionales y tampoco resultaban viables los proyectos de explotación de productos secundarios con menos valor de mercado. Arsenio Lombera realizó prospecciones en busca de nuevos yacimientos, por ejemplo, en el Pico del Carlista, pero no tuvo éxito.

En resumen, como causas del fin de la minería de Rasines, después de un siglo de explotación, podríamos señalar las siguientes:



1º.- El mineral existente en nuestro pueblo no forma filones o capas continuas y bien definidas, sino que se presenta diseminado en relación con fracturas de la roca y zonas brechificadas, o bien en pequeñas concentraciones de origen kárstico, lo que hace muy difícil realizar una explotación racional.

2º.- Existe gran cantidad de agua en el subsuelo de la zona de Helguera, con la consiguiente inundación de las labores mineras subterráneas, tal como ya puso de relieve el informe de Peñarroya España realizado a instancias de Arsenio Lombera.

3º.- Falta de inversiones en labores preparatorias y, especialmente, en una planta de concentración de minerales adecuada (limitaciones de la empresa familiar).

4º.- Imposibilidad de competir en cantidad y costes con la Real Compañía Asturiana de Minas que lidera y prácticamente monopoliza el mercado e industria del zinc en esa época, desde su gigantesca y riquísima mina de Reocín.



Como testimonio de una época ya pasada, nos quedan los restos de la minería que recientemente han vuelto a salir a la luz, aunque es mucho, todavía, lo que de las mismas queda por descubrir.

A simple vista o rebuscando un poco, podemos apreciar los vestigios de las antiguas labores. Tres galerías de mina: una, en la misma cantera de Helguera, en la cota baja frente al primer horno; otra, la de la mina Constante; y una tercera al nivel de la casilla que se observa entre ésta y La Cueva.  Dos hornos, uno para calcinación de mineral y fabricación de cal viva; y otro para  tostado de dolomía. Dos o tres canteras, además de la Constancia, en la zona de Helguera y otras tantas por encima de Los Mártires; y aún alguna otra oculta por los matorrales en el camino de La Cueva. 



Varios cargaderos de mineral: en la zona citada de la casilla de ganado,  en la ladera de La Cueva; en la zona de Helguera, en el contrafuerte de piedra bajo el primer horno; en la “Revuelta Volao”, camino de Gibaja; dos más en la carretera que sube al “Sutu”.  Un depósito de agua que, a pesar de lo que dice el panel informativo, no parece corresponder a un lavadero de mineral. Sabemos que había varios lavaderos, pero desconocemos dónde. Parece que el principal se hallaba por debajo del citado depósito de agua, junto al camino de La Cueva. De hecho los autores de este artículo recuerdan que hasta hace unos 20 años se podían distinguir perfectamente depósitos de estériles de lavado de mineral, próximos a la zona de Helguera conocida por “Zorrovalle”.

Siguiendo con nuestro inventario, podemos citar las construcciones cerca de los hornos, seguramente como almacén de herramientas, explosivos, utillaje,  etc.  Caminos de comunicación entre minas, visibles en El Sutu, encima de Los Mártires. Sabemos, también, que se excavó un pozo para desaguar la mina Constancia pero se desconoce su ubicación exacta.



Sería conveniente continuar con la labor de limpieza y desbroce de la zona, así como hacer excavaciones a la búsqueda de más vestigios. Tal vez, incluso, se podrían descubrir restos que confirmasen la supuesta actividad minera romana de la zona. Lamentablemente los terrenos de la cantera han estado convertidos estos últimos años en vertedero de basuras, que probablemente habrán ocultado alguna de las bocaminas.

Esperemos que algún día todos estos testimonios salgan a la luz y podamos conocer, íntegramente, la historia de la minería de Rasines.


Rasines, Octubre de 2002. 
                         
José Ignacio Manteca,  Dr. en Geología, Profesor Universitario.

Ramón Luis Manteca, Ldo. en Psicología y en CC. Información.

Florencio, Bloggero.



Manual de Urbanidad para niños
Barcelona 1913


8. ¿Qué defectos hay que evitar al beber?
9. ¿Qué acciones han de evitarse en la mesa?


8. Es sumamente repugnante beber cuando la boca está aun ocupada por la comida; to­mar el vaso o copa con la mano izquierda o con ambas manos; mirar a todos lados mien­tras se bebe; fijar la mirada en alguna perso­na por encima del vaso; meter el borde del mismo muy dentro de la boca; beber a sorbetones; beber mientras está haciendo lo mismo el de mi lado. 

Todas estas son faltas muy no­tables; pero el colmo de la grosería lo come­ten aquellos que, al terminar de beber, abren la boca para recobrar el aliento, y pronun­ciando un repugnante ja! como en señal de satisfacción, regalan a los de su lado un alien­to impregnado en vino o en los vapores que suben del estómago.

9. Mirar la fuente que viene y si es de nuestro gusto ponerse alegre y mirar a los comen­sales frotándose las manos en señal de satis­facción; o al revés, si no nos gusta, volver la cabeza, murmurar y dar señales de disgusto es una prueba manifiesta de incivilidad. 



Lo mismo puede decirse de los que toman mu­cho pan, o lo cortan a lo largo, o bien para cortarlo lo aguantan sobre la mesa y lo par­ten con el cuchillo vuelto hacia abajo con pe­ligro de estropear los manteles; o bien aque­llos que desde el principio de la mesa se pro­veen con una porción de pedacitos pequeños que colocan en montón junto al plato. Tocar la comida, el almíbar o las salsas con los de­dos, roer o chupar los huesos, tomar con la mano el pan mojado en las salsas, es propio de gente inculta y pone las servilletas a la miseria; limpiar los labios o el cubierto con una miga de pan y dejarla después pringada a la vista, lamer o chuparse los dedos o lim­piarlos en el mantel es el colmo del desaseo. 



La miga con que tal vez haya de limpiarse el cubierto, pero nunca los labios, ha de dejarse en el plato con los residuos de la comida. Oler los platos o las fuentes es de lo más in­civil y grosero que puede darse.

14 febrero 2014

RASINES: CIEN AÑOS DE MINERÍA (XVI)

Familia Lombera: Seis minas y demasía

Después del paréntesis dedicado a otras actividades mineras en Rasines en época contemporánea, volvemos a retomar el hilo de nuestra narración, centrado en la minería de la familia Lombera. Abordamos ahora la descripción de las concesiones mineras de esta familia y acabaremos nuestra historia con unos comentarios sobre su final.

Tenemos una detallada información sobre la ubicación de las minas de los Lombera, cinco en el término de Rasines y una en el de Gibaja, además de la “demasía”. Una vez más la información nos la facilita el tantas veces citado contrato de arriendo entre Juan Lombera Gil y Francisco MacLennan White. Dicho contrato se efectúa “en la villa de Portugalete a 20 de septiembre de 1894, ante mí D. Ricardo de Vildósola, Notario del Colegio de la Excma. Audiencia del Territorio de Burgos, distrito de Valmaseda...” Transcribimos los datos más significativos para su identificación.
Primera. La Mina “Constancia”



“Sita en el término del dicho Rasines, sitio de Helguera, de mineral de zinc y otros metales, registrada al nº. 1.074, mide doce pertenencias igual a 120.000 m2, y linda por el sur con la mina denominada “Los Mártires”, por el norte con mies común de Rasines y por el este y oeste con terreno común del pueblo dicho y tierra de D. Manuel Pérez. El título que obtiene es por denuncia hecha a nombre del señor Lombera compareciente, según el que se expidió por Su Majestad la Reina Doña Isabel II, con fecha 21 de octubre de 1.867, y se halla inscrito  en el Registro de la Propiedad de Ramales al folio 51, de tomo 27, libro 2º, Ayuntamiento de Rasines, finca nº 189, inscripción 1ª, el 18 de noviembre de 1.871.”

Segunda. La  Mina “Constante”.

“Sita en el término del mismo Rasines y paraje nombrado, ladera de la Cueva del Valle, de mineral de calamina, registrada al nº 4.367,  mide doce pertenencias igual a 120.000 m2, siendo la demarcación de esta mina la siguiente: visuales de referencia a puntos fijos (...), línea de demarcación (...), rumbos de brújula en grados y minutos, etc., sentido de los mojones, etc.... y cuyo título está expedido por el Sr. Gobernador Civil de aquella provincia de Santander con fecha 24 de agosto de 1889.”



Tercera. La Mina “San Fermín”

“Sita en el término municipal de Rasines y Ramales, sita en terreno común de Rasines y Gibaja, de mineral de calamina, registrada al número 4.371, de medida de 20 pertenencias o 200.000 m2, siendo la demarcación de esta mina la siguiente: visores de referencia, etc. (...). Que el título de esta mina está expedido por el señor Gobernador Civil de dicha provincia de Santander con fecha 24 de agosto de 1.889.”

Cuarta. La Mina “Inmejorable”

“Sita en el terreno común de Rasines, de mineral de zinc, registrada al nº 4.593 de ocho pertenencias que componen 80.000 m2, siendo la demarcación de esta mina la siguiente: visuales de referencia a puntos fijos, (...), etc. Que el título de esta mina Inmejorable fue expedido por el Sr. Gobernador de la insinuada provincia de Santander con fecha 30 de enero de 1891.”

Quinta. La Mina “San Pedro”

“Sita en el terreno de Gibaja, término municipal de Ramales de dicha provincia, de mineral de zinc, registrada al nº 4.616 de doce pertenencias que componen 120.000 m2 de extensión, siendo la demarcación de dicho sitio la siguiente: (siguen coordenadas de la finca, etc.). Que el título de esta mina, San Pedro, fue expedido por el señor Gobernador Civil de la repetida provincia de Santander D. Antonio Baitán y Goñi con fecha 30 de enero del año 1891.”


Sexta. La Mina “Deseada”

“Sita en terreno común de Rasines, término municipal del mismo Rasines, de la citada provincia de Santander, de mineral de zinc, registrada al nº 4.617 de seis pertenencias que componen 60.000 m2 de extensión, siendo la demarcación de esta mina Deseada la siguiente: (siguen datos visuales de referencia, etc.). Que el título de esta mina Deseada fue expedido por el señor Gobernador Civil de la citada provincia de Santander D. Antonio Baitán y Goñi con fecha 30 de enero de 1891.”

Demasía de la mina “Deseada”.

“Demasía de la mina Deseada descrita anteriormente sita en el mismo término municipal de Rasines de la repetida provincia de Santander de mineral de zinc, registrada al nº 4.618, siendo la demarcación de esta demasía la siguiente: (visuales de referencia, etc.). Y cuyo título de la expresada demasía a la mina Deseada fue expedido por el Sr. Gobernador Civil de la provincia de Santander D. Antonio Baitán y Goñi con fecha de septiembre de 1892.”



Manual de Urbanidad para niños
Barcelona 1913


5. ¿Tomará V. la sopa en mucha cantidad?- 6. ¿Qué hará V. en caso de que la sopa u otro manjar esté demasiado caliente?- 7. ¿Qué faltas evitará V. en el comer?

5. El llenar los platos de cualquier manjar que sea, es señal de glotonería; tomar mucha sopa no se acostumbra entre personas bien educadas, a no ser en mesas de familia.



6. Para no experimentar la sensación tan molesta de una quemadura, lo mejor es tentar la sopa u otro manjar con cuidado; y en caso de hallar la comida muy caliente, no soplaré en manera alguna, sino que esperaré a que se enfríe; o bien, si se trata de la sopa, iré mo­viéndola suavemente con la cuchara. Pero si hubiese sido tan precipitado o distraído que tuviese ya en la boca la comida y de ningún modo pudiese aguantarla, cubriéndome con la servilleta, la dejaré caer en el plato y lo en­tregaré inmediatamente al que sirve.

7. Son indicio de grosería las faltas siguien­tes: cortar el pan a mordiscos con los dientes, mojarlo en la sopa o mezclarlo con ella, limpiar con él las orillas del plato, sorber con rui­do, producir al mascar ese sonido especial tan repugnante, abrir la boca de tal modo que se vea la comida que hay en ella, rebañar el pla­to con una miga entre los dedos o inclinarlo de un lado para apurar el caldo o salsa, s
os­tener la cuchara apoyando el codo sobre la mesa o introducirla toda en la boca, tomar en varias veces una sola cucharada, lamer la cu­chara, 


llenar la boca, introducir en ella más comida sin haber pasado la que ya se tiene, comer a dos carrillos y formando con ellos unas como bolsas, y hablar teniendo la boca llena.

07 febrero 2014

RASINES: CIEN AÑOS DE MINERÍA (XV)




El yeso es un material de construcción que resulta de la calcinación, seguida de molturación, del mineral del mismo nombre. A una temperatura de 150ºC el mineral de yeso, que es sulfato cálcico bihidratado (SO4Ca2H2O), se deshidrata parcialmente, convirtiéndose en sulfato de calcio semihidratado que es el yeso para la construcción. La explotación se lleva a cabo tanto en galerías como en canteras. Antiguamente se calcinaba el yeso en hornos ciegos, compuestos por tres o cuatro paredes entre las cuales se iban amontonando bloques de mineral de yeso de espesores decrecientes con la altura. A nivel del suelo se hallaban situados unos hogares alimentados con leña. 







A finales del s. XIX se empleó el horno vertical, similar al horno de cal. Hacia 1900 aparecieron los hornos mecánicos, que permitieron calcinar los minerales menudos y controlar mejor el proceso. Tras la calcinación, el yeso se muele en aparatos de tipos muy distintos, según la tecnología que se emplee: antiguas muelas de fundición que giran sobre una base perforada o, bien, machacadoras de martillos o de placas provistas de púas y que giran a gran velocidad. A continuación el yeso puede tamizarse, es decir, clasificarse en función del tamaño de sus granos en tamices rotativos o vibratorios o en separadores por aire. Luego se homogeneiza de forma mecánica o neumáticamente. 




La principal utilización del yeso es para construcción. El yeso grueso de construcción, molido de forma grosera, se emplea para revestir paredes y techos, para rellenar paredes y suelos y para rellenos de gran espesor. El yeso fino de construcción se emplea para revocar paredes y techos. El yeso para moldear es yeso fino que se emplea para la confección de moldes (porcelana). También existen otras variedades de yeso: el quirúrgico, el dental, yeso de estuco, yeso para agricultura empleado como abono, para la fabricación de paneles y placas de revestimiento, etc.

La segunda empresa a considerar, dentro de este apartado de otras explotaciones mineras de Rasines, es la Cantera de dolomía de Oribe en Los Mártires. En 1940, un empresario apellidado Oribe, que tenía una cantera de dolomía en Galdácano (Vizcaya), adquiere la concesión para explotar una cantera de dolomía situada encima de Los Mártires, en el lugar conocido como “La Barca”. Oribe se trae a Rasines, en calidad de encargado, a un colaborador de su confianza en la explotación de Galdácano, José Pérez Pérez, conocido aquí como “El Portu”, por su origen portugués. 


Detalle de “banco” en una de las Canteras de Redueña

Oribe hace el camino de acceso de Los Mártires a la cantera, y construye un cargadero de mineral, mediante raíles y transporte por vagonetas, desde dicha explotación hasta la curva de la “Revuelta Volao” en la carretera de Gibaja.

Desde este punto de la carretera el mineral era cargado en carros y llevado a la estación, labor que desempeñaba José Cedrún Sanemeterio, que vivía en el lugar de “Lera”. Los hijos aún recuerdan el carro de bueyes con capacidad para unos dos mil kilos con el que realizaba el transporte. El “listero” de Oribe era Pedro Urdinguio, Secretario del pueblo. Esta empresa duró unos veinte años.

Cantera de arcilla negra en El Alta. Hacia los años cincuenta del s. XX, Tomás Bringas abre una explotación de arcilla situada en El Alta, entre su casa y la finca de Claudio Calvo. Su actividad apenas duró cuatro o cinco años, incluido un período intermedio de inactividad. Se trataba de un yacimiento a cielo abierto de arcilla negra, consistente en una zanja de un metro de ancho por 20 metros de largo, aproximadamente, cuya utilidad principal era la fabricación de platos y ladrillos refractarios. 




La base de la arcilla es el caolín, que es silicato alumínico. Los caolines son materiales que soportan altas temperaturas (1500ºC) sin perder su estructura, por lo cual sirven para la fabricación de ladrillos refractarios. El color negro de este yacimiento de arcilla en El Alta nos hace suponer que debía tratarse de arcilla carbonosa, impregnada con material de lignito, abundante en esa zona. El principal cliente de esta arcilla era la fábrica de ladrillos refractarios, RES, situada en Limpias, hasta donde era transportada en su camión por Baldo Urdinguio. El yacimiento daba empleo a unas seis personas y allí trabajaron, por ejemplo, José Mª Losúa (“Corea”) y Manuel Bringas (“Nolito”).
                                                  


Aún podríamos reseñar otras actividades relacionadas con la minería de Rasines. Así, a finales del s. XIX hubo una tejera en el lugar que se conoce como el “Riuco Juanes” por debajo de Once Puertas. También se explotaron, después de nuestra Guerra Civil, varios yacimientos de ocres (los ocres son arcillas ricas en óxidos de hierro): en el “Regato la Mula”, situado en el cruce de Ojébar con La Edilla; en el alto de San Juan, entre San Juan y Santa Cruz, etc. En la zona de Cadalso había grandes escombreras de escoria de hierro, probablemente deshechos resultantes de la actividad de las ferrerías de la zona en los siglos XV a XVII: en la finca de Nola, desde 1955 a 1965, se extrajeron miles de toneladas de escoria que se llevaban a fundir a Altos Hornos de Bilbao, actividad en la que trabajaban unas 20 personas.




Manual de Urbanidad para niños
Barcelona 1913

3. ¿Para qué sirve la servilleta?
4. Estando en la mesa ¿qué actitud observará V.?


3. La servilleta sirve para limpiar los la­bios, antes y después de beber, y los dedos cuando por cualquier accidente se ensucien; para ponerla delante de Ja boca en caso de tos, pero de ningún modo para enjugarse el sudor; y aún al limpiar los labios ha de pro­curarse no rozarla muy cerca de la nariz, así como también ha de evitarse el usar constan­temente una misma parte de ella, a fin de no dejarla en un estado repugnante.



4. Estando en la mesa, el cuerpo ha de man­tenerse naturalmente recto, sin poner en ella más que parte del antebrazo, nunca los codos; tampoco han de ensancharse los brazos de modo que molesten al vecino, teniendo ade­más un cuidado sumo en no tocar a nadie ni aun ligeramente, pues esto mortifica en gran manera; ni en los intermedios se ha de jugue­tear con el cubierto o ir tomando pan, porque son acciones que indican ligereza y poca crianza.